Hannah Arendt (Hannover 1906 - Nueva York, 1975), fue una politóloga judía alemana. Como parte de la persecución de los nazis a los judíos fue encarcelada en 1933, se exilió en París y allí estuvo en un campo de concentración entre 1940 y 1941. Adolf Eichmann fue un criminal de guerra nazi, a quien se le atribuye ser uno de los principales responsables del Holocausto. Después de la Segunda Guerra Mundial, huyó a Argentina, donde fue secuestrado por Israel para ser enjuiciado en 1961 por los daños cometidos hacia el pueblo judío. Arendt acudió al juicio como reportera y en 1963 publicó su informe en un libro llamado “Eichmann en Jerusalén: Informe sobre la banalidad del mal”.
En el libro Arendt rechaza el término de genocidio para utilizar el de “matanzas administrativas” y por tanto rechaza que Eichmann haya sido un confeso genocida, por más bien entenderlo tan sólo como un burócrata (con un rol específico dentro de la maquinaria alemana). Por tanto, Arendt cree Eichmann no era del todo culpable por sus actos. Aunque Arendt estuvo en consonancia con la sentencia de pena de muerte, ella rechazó la realización de un juicio sin garantías. A raíz de esto, Arendt recibió numerosas críticas y fue el objetivo de una campaña mediática de descrédito de parte de la comunidad judía y de la comunidad académica. Fue acusada de antisemita y de simpatizar con el nazismo, hechos que afectaron al resto de su carrera y su vida.